domingo, marzo 19, 2006
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Cada nota inspira a los sentidos, trae un recuerdo, o transporta la mente hacia otro lugar. Así es la música.
Más que un conjunto de sonidos, la música en sus diversos géneros, es la inspiración para vivir sensaciones personales que enriquecen el entorno donde te encuentras. Un marco perfecto para una velada romántica, a la luz de la luna con Fly me to the moon de Frank Sinatra; la invitación a la adrenalina al estar escuchando a Paul Van Dyke, o un día soleado en una playa acompañado de un buen reggae de Bob Marley.
Hay generos para todos los gustos y los estados de ánimo. Y son tan diversos que no podemos catalogar a alguno como el mejor.
Cuando hay música alrededor, la visión de las cosas cambian. Los sentidos se adaptan a las notas y la perspectiva de las cosas es diferente.
Dejarse llevar por las ondas acústicas de un ritmo es transportarse hacia el lado b del mundo. Es invitar a los sentidos a participar en una sinergia que despierta al espíritu y abre los ojos del alma.
Soundtrack: Louis Amstrong- What a Wonderful World
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