miércoles, junio 24, 2009

El Árbol de la Sabiduría


En uno de esos lugares lejanos, que nadie sabe donde está pero que siempre sucede todo, se cuenta una leyenda que pasa de generación en generación, acerca de un árbol mágico y de sabiduría que todos los habitantes veneraban ya que gracias a él el pueblo se mantenía próspero y feliz.
Todos los días, toda la gente del pueblo, veneraba por las mañanas al Árbol Sagrado. Por las tardes, le llevaban ofrendas para tenerlo contento y que les siga dotando de bendiciones.
Durante las noches, los habitantes hacían guardia para alejar a los malos espíritus y vigilar el sueño sagrado del Árbol.
Así transcurrian los días, los años, las generaciones. El abuelo le contaba al nieto la leyenda del Árbol Sagrado que mantenía al pueblo unido y en armonía.

Pero sucedió que un día vino una tormenta sin igual. De esas tormentas que sólo se narran en los grandes libros y en las historias épicas.
Pasaron varios meses y no paraba de llover, los ríos se desbordaban y eliminaban la cosecha del pueblo. Mataban a sus animales. Los truenos cayeron sobre las casas. Familias enteras fueron arrastradas por la corriente. El pueblo, junto con su árbol sagrado..fue destruído. Nada quedó de pie.
Sin embargo, a lo lejos del pueblo, en una colina; una familia se protegía de la furia de la naturaleza, cuidando a su pequeño hijo recién nacido y a su vaca. Su único sustento y pertenencia de valor.
Cuando todo calmó y la tormenta se marchó, la familia recorrió lo que quedaba del pueblo. No quedaba gente, ni casas.. ni Árbol Sagrado.
Decidieron emigrar, en compañía de su hijo recién nacido y su vaca, quien les proveyó de alimento durante su camino.

Después de caminar algunos días, se encontraron con un poblado pequeño, con apenas algunas personas que sembraban semillas en busca de alimento. Los aldeanos conocían el arte de la siembra, y la familia conocía el arte de criar animales. Mientras convivían, les contaban su hazaña de cómo habían logrado escapar de su pueblo ahora inexistente, con solo su hijo pequeño, y gracias a la vaca que les proveía alimento durante su camino. El árbol sagrado había quedad en el olvido.

Así pasaron los años. Los padres cumplieron su ciclo y dejaron de existir en el mundo. El pequeño hijo creció.. y en sus recuerdos se encontraba presente la historia de sus padres; del desatre de su pueblo y la vaca que los salvo.
Cuando formó su propia familia, el ahora padre, le contaba a sus hijos sus historia, de cómo habían sobrevivido él y su vaca formando una nueva comunidad. Se los contaría a los nietos, y los nietos a sus hijos, y así pasaría por muchas generaciones la historia de la Vaca Sagrada que hizo surgir una civilizaciòn.

Muchos años más tarde..
En uno de esos lugares lejanos, que nadie sabe donde está pero que siempre sucede todo, se cuenta una leyenda que pasa de generación en generación, acerca de una Vaca Sagrada que todos los habitantes veneraban ya que gracias a ella el pueblo se mantenía próspero y feliz.

Así es esto. La verdadera fortaleza del ser humano está en sí mismo, pero necesita creer que hay algo más para hacerlo realidad. Un árbol, mágico, una vaca sagrada, y algo se les ocurrirá después...

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